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El ciclo de vida de un unicornio: el caso de OLX y alaMaula

El Auge y Transformación de OLX

Alejandro Oxenford, un nombre emblemático entre los emprendedores argentinos, es recordado por su habilidad para detectar oportunidades y transformar ideas en empresas multimillonarias. Tras fundar DeRemate.com, una plataforma de subastas online que vendió en 2005 a Mercado Libre por 40 millones de dólares, Oxenford centró su mirada en los mercados emergentes. Así nació OLX en 2006, con la visión de ser una plataforma de clasificados gratuita que compitiera con gigantes como Craigslist y eBay en mercados como India, Brasil y Rusia.

OLX tuvo un crecimiento meteórico, particularmente en India, donde se convirtió en líder de su sector. Su modelo de negocios, basado en la venta de publicidad en lugar de comisiones por transacciones, permitió una rápida adopción por parte de usuarios que buscaban una alternativa a las plataformas de pago. La clave del éxito fue su anticipación al boom del comercio móvil, desarrollando aplicaciones para smartphones y versiones móviles de su sitio desde 2008, apenas un año después del lanzamiento del iPhone.

Este enfoque visionario le permitió a OLX adelantarse a la competencia y consolidarse como una de las plataformas más grandes del mundo en su sector. En 2010, el gigante sudafricano Naspers adquirió el 95% de la compañía por 200 millones de dólares, lo que le dio a Oxenford la libertad para explorar nuevos horizontes.

A partir de 2014, el empresario decidió alejarse del manejo diario de OLX y se dedicó a su nuevo emprendimiento, Letgo. Esta plataforma, centrada en la compraventa de artículos usados en Estados Unidos, rápidamente escaló hasta convertirse en una de las apps de mayor crecimiento, superando las 75 millones de descargas. Letgo fue valorada en 1.500 millones de dólares tras varias rondas de inversión, consolidando así el segundo unicornio de Oxenford.

El Nacimiento y la Caída de alaMaula

Paralelamente, otra historia emprendedora se desarrollaba en el corazón de Argentina. En 2009, en un quincho de Santiago del Estero, un grupo de jóvenes emprendedores liderado por Roque Peralta, Guillermo y Jorge De Bernardo, y otro socio santiagueño, se propuso democratizar la venta por Internet en el país. Inspirados por el éxito de Mercado Libre, pero conscientes de la falta de una plataforma accesible para la venta de productos usados por parte de particulares, decidieron crear alaMaula.

El proyecto creció rápidamente, gracias a una estrategia de marketing bien ejecutada y un equipo apasionado que logró generar hasta 5 millones de visitas mensuales. El objetivo era claro: permitir que los argentinos vendieran aquellos objetos que tenían acumulados en sus hogares y convertirlos en dinero. El éxito fue tal que en 2011, dos años después de su fundación, la plataforma fue adquirida por el gigante estadounidense eBay.

Sin embargo, el ascenso meteórico de alaMaula también enfrentó desafíos insuperables. La competencia feroz de plataformas globales como Facebook Marketplace y Mercado Libre, sumada a cambios en los hábitos de consumo, pusieron a alaMaula en una posición desventajosa. A pesar de contar con el respaldo de eBay, la matriz estadounidense decidió redirigir sus esfuerzos e inversiones hacia otros mercados, dejando a alaMaula sin los recursos necesarios para competir en un entorno cada vez más difícil.

En 2019, alaMaula cerró sus operaciones, sorprendiendo a muchos en el ecosistema emprendedor argentino. La desaparición de la plataforma dejó una sensación de pérdida, pero también un legado importante: la importancia de innovar continuamente y adaptarse a los cambios del mercado.

Reflexiones sobre el Cierre de alaMaula

El caso de alaMaula es un ejemplo claro de los desafíos que enfrentan las startups en un mercado globalizado. A pesar de haber alcanzado un éxito inicial considerable, la falta de una estrategia de adaptación a los cambios en el entorno digital y el aumento de la competencia global fueron factores determinantes en su cierre. Además, el papel de los grandes jugadores internacionales, como eBay, que priorizan otros mercados o productos, puede influir directamente en la supervivencia de empresas locales.

Para los emprendedores actuales, el cierre de alaMaula deja varias lecciones valiosas:

  • Innovación constante: No basta con tener una gran idea y ejecutarla bien; es esencial estar siempre un paso adelante en términos de tecnología y servicios.
  • Adaptación al mercado: Las empresas deben ser ágiles y capaces de pivotar rápidamente ante cambios en los hábitos de consumo o la irrupción de nuevos competidores.
  • Estrategias de salida claras: Vender una startup no es el fin del camino; se requiere una estrategia clara para garantizar la continuidad de la empresa y el bienestar de sus empleados.
El Legado de los Unicornios Argentinos

Aunque alaMaula cerró sus puertas y OLX ya no tiene la misma presencia en Argentina que en sus primeros años, ambos proyectos dejaron una huella indeleble en el ecosistema emprendedor local. Demostraron que desde Argentina se pueden crear empresas tecnológicas con impacto global y que es posible competir de igual a igual con gigantes internacionales.

Hoy, Alejandro Oxenford sigue siendo un referente indiscutido del emprendimiento en la región. Su capacidad para identificar oportunidades y transformar ideas en unicornios ha inspirado a una nueva generación de emprendedores que sueñan con seguir sus pasos. Al mismo tiempo, alaMaula se ha convertido en un caso de estudio que invita a reflexionar sobre los desafíos del emprendimiento digital en un mundo cada vez más interconectado.

En definitiva, el ocaso de estos unicornios argentinos no debe ser visto como un fracaso, sino como una evolución natural en el vertiginoso mundo de las startups. Si algo nos enseñaron estas historias, es que el éxito no es eterno, pero el legado de innovación y visión que dejan puede perdurar por generaciones.

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