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Durante la última década, los bootcamps tecnológicos ganaron protagonismo como una forma rápida y accesible de ingresar al mundo de la programación y el desarrollo digital. Sin embargo, en 2025, su vigencia comienza a estar en duda.
Con la irrupción de la inteligencia artificial generativa, las nuevas formas de formación y el cambio en las necesidades del mercado, los bootcamps enfrentan un escenario desafiante. ¿Estamos frente al ocaso de este modelo o solo a una etapa de transformación?
Un modelo que supo romper moldes
Los bootcamps ofrecieron una alternativa atractiva a la educación tradicional. Cursos intensivos, orientados a la práctica, con foco en habilidades concretas para entrar al mercado laboral. Su crecimiento fue meteórico: solo en América Latina, según Statista, más de 100.000 personas egresaron de bootcamps entre 2020 y 2023.
Pero el contexto cambió.
¿Qué está pasando en 2025?
Según el informe “Tech Workforce Report 2025” de McKinsey, el 42% de las empresas ya no prioriza perfiles formados exclusivamente en bootcamps, a menos que estén complementados con experiencia real, conocimiento de herramientas de IA o habilidades blandas avanzadas.
Por otro lado, un análisis de Career Karma revela que la tasa de contratación de egresados de bootcamps cayó un 18% en 2024, mientras que crecen las búsquedas de talentos con manejo de plataformas de IA y formación híbrida.
El problema no es la duración de los cursos, sino su falta de adaptación al nuevo entorno.
La inteligencia artificial lo está cambiando todo
Herramientas como ChatGPT, Gemini o Copilot están revolucionando el trabajo de los desarrolladores. Muchas tareas básicas ya pueden automatizarse, lo que obliga a los nuevos perfiles a centrarse en el diseño, la lógica, el testing y la comunicación con otras áreas.
“Ya no alcanza con saber programar en JavaScript o Python. Se necesita entender el contexto, trabajar con IA y tener visión de producto”, señala la analista de educación tecnológica Mariana Luque.
Por eso, los bootcamps que no integren IA en sus programas podrían volverse obsoletos.
¿Formación rápida o aprendizaje profundo?
Otra crítica creciente es que los bootcamps no siempre ofrecen profundidad conceptual, lo que dificulta adaptarse a nuevos lenguajes, entornos o herramientas. El desarrollador que aprendió solo a partir de frameworks puede quedar rápidamente fuera de juego.
En contraste, universidades y centros de formación están replanteando sus carreras para ofrecer trayectos más cortos, híbridos y orientados a la práctica, pero con base teórica sólida. La línea entre bootcamp y universidad se está difuminando.
¿Qué sí funciona en 2025?
- Formaciones que integran IA desde el día uno.
- Trayectos modulares y flexibles, con aprendizaje continuo.
- Experiencias reales de trabajo, incluso simuladas.
- Desarrollo de habilidades blandas, como resolución de problemas, comunicación y ética digital.
Los bootcamps que se reinventan con estos componentes siguen siendo relevantes. Los que no, corren el riesgo de desaparecer.
Un futuro híbrido y exigente
El aprendizaje tecnológico en 2025 ya no es lineal ni tiene una sola puerta de entrada. La educación se volvió un sistema abierto y personalizado, donde lo importante no es solo lo que sabés, sino cómo aprendés, cómo te actualizás y cómo te vinculás con tu entorno.
Los bootcamps pueden seguir siendo una vía válida, pero deben abandonar la fórmula cerrada del “curso rápido + portafolio”. La nueva generación de profesionales tecnológicos demanda algo más.
📺 Para profundizar en el análisis del futuro de los bootcamps y el impacto de la IA, podés ver este video:
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